Mariposas
No sé si se fueron de mí finalmente
no me gustaron nunca en ese aspecto,
luego mueren, sin más.
Seguiste plasmado en mi mente,
me dije: “no le tengas tanto afecto,
luego morirán, sin más”.
No sé si hubo algo especial,
no me gustó nunca su aparición,
luego mueren, sin más.
Fue de forma accidental;
acabaste siendo adicción,
luego morirán, sin más.
Y esa fue tu verdad,
que tu corazón decía “ve”,
pero tu mente, “espera, ya vendrá”.
Creí por tu parte, que murieron sin más.
Y a tu vez pensé lo mismo;
que mi corazón decía “ve”,
pero mi mente, “espera, ya vendrá”.
Creí por mi parte, que murieron sin más.
Y pensemos los dos por igual,
¿dónde fueron ellas a parar?
Como el corte de un sable,
hizo más daño,
tanto, que el corazón se hizo exangüe.
No sé, si ahora, después de tanto tiempo,
te debería de reclamar,
que en ese tiempo pudiste haber sido mío, y de nadie más.
Ahora es a ella a la que quieres amar,
quiero que sepas que sé cómo la miras;
aún más: espero que tu verdad no fuese mentira.
Ahora eres tú quien tiene que recordar,
que si dos almas enamoradas han de pensar igual,
mal encaminados irán,
que bien juntas en realidad quieren estar.
¿Quiénes no me gustaron?
¿Por qué sufrí tanto su aparición?
¿Quiénes son las que murieron sin más?
Eran esas mariposas,
que fácilmente vienen,
que fácilmente van.
PILAR DÍAZ MUÑOZ 4º A
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