viernes, 22 de noviembre de 2013
Paleta de colores
Si una mañana, al levantarte, alguien te dice que vas a dejar de ser humano y que te puedes transformar en un roble del camino o en un junco de la ribera, ¿ qué elegirías ser?
No sigas leyendo hasta que no hagas tu elección.
¿La tienes ya?....
Posiblemente hayas elegido ser un majestuoso roble del camino, de esos que son fuertes y altos, con una copa espléndida y unas fuertes raíces que lo unen a la tierra.
Pero, ¿acaso no has pensado que el viento puede ser su gran enemigo ya que, cuando sopla muy fuerte es capaz de arrancarlo de raíz o romperle una de sus vistosas ramas?
Sin embargo, al sencillo junco de la ribera lo más que puede hacerle es mecerlo, inclinarlo respe-tuosamente de un lado a otro, pero nunca podrá arrancarlo. Porque el junco posee una cuali-dad que no la tiene el roble: la de ser flexible. Jamás un vendaval ha sido capaz de arrancar una junquera.
Las personas también podemos ser flexibles como los juncos. Adquirimos la flexibilidad con los hechos y sucesos con los que tenemos que enfrentarnos a lo largo de la vida, con lo que apren-demos de la experiencia, del trato con los demás y de la lectura de libros.
Las ideas que una persona aprende con los libros las convierte en pensamientos y las sensacio-nes que percibe en los mismos se transforman en sentimientos y éstos, van construyendo poco a poco nuestro mundo interior.
Cuanto más sabe una persona más flexible se hace y poseerá una mayor capacidad para ges-tionar su vida, incluso cuando tenga que superar problemas y dificultades, como los juncos cuan-do los azota el viento.
Y ahora estarás pensando en qué consistirá este nuevo trabajo. Pues bien, aunque parezca imposible esta vez no nos hemos propuesto alcanzar ningún objetivo, ni que desarrolléis ningún trabajo; sólo os pedimos los minutos necesarios para que si os apetece leáis estas hojas escritas, que os propondremos cada mes. Nada más. Se trata de que desarrolléis y mejoréis así vuestra “flexibilidad”, como los juncos cuando crecen.
Y que si os han gustado lo suficiente, se lo comentéis a algún compañero para que él también comience su “fase de flexibilización” o, simplemente lo habléis en casa para que vuestros padres disfruten al oír contar historias que ellos nunca aprendieron .
Nuestra única pretensión es que disfrutéis de la lectura y que seáis como una paleta de colo-res, viva y audaz, capaz de dibujar esa transformación con objeto de que podáis convertiros en jóvenes que piensan, valoran, y saben hacer críticas constructivas.
Así que a estas páginas las llamaremos
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